jueves, 18 de mayo de 2017

Encuentro Mayo de 2017, Nro 64. MISHIGUENE FAYER, Palermo Chico.


¨No hay dos fuegos iguales, hay fuegos grandes, fuegos chicos y de todos los colores, hay fuegos serenos, que ni se enteran del viento, pero hay fuegos locos, y ese es el que se prende todas las noches en MISHIGUENE FAYER¨, con las palabras de su chef Tomás Kalika arranca esta visita, la que eligió Titi para nuestro encuentro nro 64.

Esta es su segunda apertura, después del exitoso MISHIGUENE (loco en yiddish), Tomás  se atreve a revalorizar la cocina a leña desde la óptica judía, pero sin competir con las recetas de la abuela, como leí en una entrevista . 





Fuegos, carne argenta, ahumados y toda la tradición judía se conjugan en un ámbito moderno y descontracturado. 
Nos juntamos a las 21hs en Cerviño 4417 ( frente a La Rural )y nos sentamos en una mesa cerca de la cocina, abierta y con el mismo Kalika al mando de las comandas.  
El concepto es algo de lo que venimos viendo en Proper, Dabbang y las nuevas aperturas de los últimos dos años, carnes, vegetales, pescados, y casi todo para compartir y probar diferentes texturas y sabores.


La carta marea un poco y necesitamos del camarero para que nos oriente, palabras nuevas, cocciones diferentes ( son cinco: Mangal, parrilla, ahumados, espiado y tannur ), y una pregunta clave: saber cuanto pedir?.


Todos los platos de la carta vienen acompañados por seis ensaladas de temporada: pickles, coleslaw, cous cous, tomate y pepino,  pan pita y una salsa a elección.

  

 


Arrancamos un poco decepcionadas porque pedimos la carta de vinos y oh sopresa solo había uno de Catena Zapata. Nos hubiera encantado ver variedad, bodegas boutique y etiquetas nuevas, vamos Fayer... el lugar y la carta, lo ameritan. Dato extra: hay una barra increíble de tragos, ideal para sentarse y cenar solos !!!

De entrada pedimos: un hummus y un Shishlik, una pizza de carne asada a las brasas, condimentada con especias ras el han out y hierbas frescas. 


Seguimos con las carnes y pedimos, un pichón de pollo al spiedo marinado en vino blanco, aceite de oliva, limón persa, especias ras el hanut, ajo y cilantro  y unas espadas con bife de lomo y cordero.  Se sienten a la perfección los aliños y las cocciones. Realmente un manjar.

 

Capítulo aparte para los cinco postres de la carta, nos encanta cuando no desentonan y hay igual dedicación que los platos salados. Un manjar todos e imposible recomendar uno solo !!!

Malabi criollo: Leche espaciada con dulce de leche, salsa caramelo y masa bretona de chocolate con frutos secos, servido con crema montada de limón.



Baklawa: láminas de masa filo rellenas con frutos secos y con mousse de crema pastelera.


Chocolate: Mousse de chocolate, compota de damascos turcos y mouse de crema pastelera.


Baba de almíbar y Pistachos: Curd de tamarindo, merengue de jengibre y barat. 


La noche fue un tanto caótica porque aún están probando tiempos y ajustando el servicio. Pero los perdonamos porque fuimos la primera semana de apertura, porque Tomás nos lanzó varias sonrisas cómplices   para que así lo hiciéramos, y porque para compensar nos trajo todos los postres de la carta.

Una propuesta atrevida, creativa y una oda al sabor. 

MISHIGUENE FAYER:
Avenida Cerviño 4417, Palermo chico.
Todos los días de 12hs a 0hs.
Reservas: 4774-3313




miércoles, 3 de mayo de 2017

Encuentro Abril de 2017. Nro 63. ¨Inmigrante¨, Palermo.

Hijos de, nietos de...seguro que algún inmigrante hubo u hay en la familia. Y ni hablar de los platos o libretitas con recetas magistrales que vinieron junto a ellos. Algo así se revela en el mismísimo y no tan nuevo INMIGRANTE, lugar que eligió Fer para llevar al grupo en el mes de abril.

Llegamos a las 21hs a un típico caserón del barrio de Palermo, reciclado pero manteniendo una atmósfera descontracturada e informal, lo que mas se destaca a primera vista es la bodega con etiquetas increíbles y difícilmente asequibles en vinotecas (punto para Inmigrante), la mesa para grupos grandes en un sector con vista a la calle, y la cocina abierta donde se ve a todo el equipo en acción.






Todo el profesionalismo y la atención están al pié del cañón, camareros que van y vienen, que sirven, que describen los platos previamente estudiados, que miran de reojo cada comensal, nada está librado al azar. Y esto no es porque sí, detrás de Inmigrante está toda la experiencia de su alma matter y ex sous chef de Tarquino, Leandro Di Mare (nos encanta que esté ao vivo y con delantal puesto en la cocina)




Pero vamos por la comida. Como coincidimos con el Buenos Aires Food Week decidimos probar el menú de 3 pasos, a diferencia de otros restaurants, esta vez cada una podía elegir entre el Food Week o el menú a la carta. Para comenzar nos trajeron un Aperol Spritz (incluido en el menú FW), pan casero y una pasta exquisita de arvejas y menta (nada de untables con las sobras de otros días, ni manteca con ciboulette, otro puntito para Inmigrante.




Elegimos los vinos personalmente, sí señores al que le interese se puede levantar, ir hasta la bodega y traerse la botella a la mesa : primero un Bonarda ¨La Posta¨by Laura Cadena y luego Malbec/Cabernet, Sur de los Andes. Los dos excelentes.






De entrada pedimos una provoleta: estacionada y luego cocida a la parrilla, con morrones asados en oliva y ajo, rúcula fresca y cherrys confitados, sobre tostón de focaccia.




Una versión del Revuelto Gramajo, pero con la aclaración previa de ¨sin el revuelto ¨, jamón marinado y glaseado a la parrilla, huevo frito con polvo de aceitunas negras, arvejas en conserva de ajo y limón, cebolla encurtida y papas fritas a la provenzal.




Para los principales un vacío con chimichurri, acompañada con pasta fresca, pesto de rúcula y queso crema, parmesano, alcaparras y jugo de carne.




Un risotto con arroz carnaroli cremoso cocido en fumet de langostinos, mejillones y berberechos, parmesano y albahaca fresca.




Y una hermosa milanesa de peceto a la napolitana, puré ahumado de batatas y ensalada rusa de la casa.




Fuera del menú Food Week y a la carta pedimos este matambre de cerdo a la parrilla con batatas.(aclaramos que todos los platos que formaban parte del menú que pedimos, están en la carta normal de Inmigrante)




Mención especial para los postres, que si bien son solamente tres, no escatiman en sabor, calidad y consistencia.

Pedimos el flan con 20 yemas, corazón de caramelo, crema chantilly y dulce de leche casero.




Y una versión del tradicional postre vigilante, con cinco variedades de quesos, dulce de batata y membrillo y frutas secas garrapiñadas.




Detalles para destacar: hubo refill de agua gratis durante toda la noche, nos cambiaron las copas a medida que fuimos cambiando los vinos, nos cambiaron los cubiertos entre el 1er y 2do plato, y para sorpresa nuestra, el chef se acercó a saludarnos, hicimos una sobremesa eterna y no nos echaron.

En resumen, una gran velada, en un lugar cuidado al máximo en sus detalles, tanto en la cocina como en el servicio. Definitivamente, volveremos.





Yapa : Nos trajeron una degustación de cortesía de dos vinos: Font de Cave Gran Reserva 2005 (Cabernet Sauvignon) + Kenwood Reserve Sonoma County 2010 (Cabernet Sauvignon


INMIGRANTE:
Cabrera 4667, Palermo.
De martes a sábado de 20 h a 00:30 h.
Reservas: 011 2083-2220
Efectivo y tarjeta.