<<<Como la tecnología nos jugó una mala
pasada y perdimos casi todas las fotos de esta salida, ilustramos con algunas imágenes de la página en FB del lugar. Sepan disculpar las molestias, estamos trabajando
para ustedes.>>>
El veredicto fue unánime: “No puedo elegir un plato
que me haya gustado más que el resto. ¡Todos me encantaron!”
El mes del inicio de la primavera y las alergias
encaminó nuestros pasos hacia un local de esos que no registrás si no lo estás
buscando. De los que pasan tan desapercibidos que lo único que llama la
atención es ver varios grupos charlando en la vereda de Scalabrini Ortiz, a la
espera de algo.
Ese algo es una mesa en Gran Dabbang Café.
Atraída por la fusión India y sudeste asiático,
este restaurante abierto hace pocos meses fue la elección de A. Sin embargo,
Dabbang no intenta recrear la comida india o ser otro reducto de comida thai
sino traducir las experiencias y viajes de Mariano -argentino- y Phillipa
-inglesa-, a cargo de la cocina y salón, respectivamente. Así, se pueden permitir algunos intrusos en la carta más cercanos a la comida mediterránea.
El local de decoración correcta pero básica sienta
las bases de la filosofía de Dabbag: lo importante es la comida. Y la carta lo
demuestra con una corta pero variada propuesta de platos divididos en platitos,
medianos y grandes que invita a jugar con diferentes combinaciones, ideal para
quienes como el Grupo Gourmet, disfrutan probando varios platos para intentar
desentrañar la esencia del lugar. Acompañan algunas cervezas, vino Tapiz y
pocas opciones más.
Nuestra selección para esa noche fue:
- De los platitos: castañas salteadas con especias + baba ghanoush con pan lavash.
- De los medianos: pakoras de acelga (buñuelos indios) con chutney de zanahoria + kaftas.
- De los grandes: curry de pollo.
- Postre: chocolate Dabbang.
Desde las castañas especiadas, el baba ghanoush
perfecto con pan lavash que nos arrebatábamos de las manos y el chutney de
zanahorias por el que nos peleamos; las pakoras de acelga y las kaftas; el
curry de pollo en su clásico plato con acompañamientos pero poco picante a lo
esperado; el colado del final, el pan de maíz. Uno a uno los platos
nos fueron sorprendiendo con sus sabores definidos, aromas a especias, sencillos
en su presentación porque lo rico no siempre necesita de afeites y
sofisticaciones.
Gracias al servicio informal pero amable y cálido y
a pesar de algunos detalles que ajustar –vino a temperatura ambiente y servilletas
de papel de las que no limpian- nos fuimos de Gran Dabbang con una sonrisa y el
recuerdo del aroma a tierras lejanas.
Gran Dabbang Café
Av. Scalabrini Ortiz 1543
ATENCIÓN: no toman reservas así que sugerimos ir
temprano (20:30 h), sobre todo si van a necesitar una mesa de más de 3
personas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario