martes, 11 de septiembre de 2018

Encuentro agosto de 2018: Nro 79. ¨Chiuso¨, Retiro.

Este encuentro comienza con una leyenda.
Allá por el año 1936 en la ciudad de Buenos Aires, Corina Kavanagh, una señora de mucho dinero pero que no provenía de una familia de estirpe y tradición, decidió hacer uso de su fortuna para rendirle honor a una de sus hijas. 
De novia con uno de los hijos de Mercedes Castellanos de Anchorena  (una de las familias patricias mas famosas del país), pero rechazada por no pertenecer al linaje porteño de familias pudientes y con apellido, Corina se quiso vengar de semejante aberración contra su hija y mandó a construir un plan perfecto para dejar en alto, la honra de su primogénita.

La familia Anchorena que en aquel entonces vivía en el esplendoroso Palacio Paz, se despertaba todas las mañanas con la vista de la Basílica del Santísimo Sacramento, sepulcro familiar que quedaba justo del otro lado de la Plaza San Martín y que había mandado a construir en 1914 a los arquitectos Coulomb y Chauvet.
Al tanto de esta situación y poniendo en jaque su propósito, Corina Kavanagh puso en marcha su estrategia y pidió que edificaran un ¨pequeño¨ bloque de 120mts, 31 pisos y 103 departamentos, que no solo se convirtió en un emblema nacional de la arquitectura moderna, sino que cumplió su merecido y obstruyó la vista de la basílica a la Señora Anchorena y toda su troupe. 


Edificio Kavanagh, Florida 1065, barrio de Retiro.

Inaugurado en 1936, es una de las postales mas emblemáticas de la ciudad de Bs As.


Mentira o verdad, creer o reventar, de camino a nuestro encuentro número 79 al mando de Agus, me topé con esta historia y con la única vista posible del frente del Santísimo Sacramento. Esa que se asoma timidamente desde el pasaje Corina Kavanagh, y que deja como gran protagonista... a su majestuoso edificio. 



La vista de la basílica del Santísimo Sacramento asomando timidamente desde el pasaje.


De fondo la Torre Monumental o Torre de los Ingleses.

A unos pocos metros de la bucólica Avenida del Libertador y de nuestro empire state porteño, se encuentra Chiuso Ristorante. Abierto hace mas de cuatro años pero sin ninguna improvisación en sus espaldas, Chiuso es la nueva locación de Doppio Zero, el tano mas tano que supo tener el barrio de Belgrano.
Chiquito, acogedor y de mantel blanco, il ristorante es todo lo que está bien en materia de pastas y risottos. 
Una oda al buen comer se traduce en el menú a través de sabores mediterráneos en formato de media o porción entera. 
Una selección de vinos realmente impecable y el servicio atento hasta el último detalle, hacen de Chiuso un lugar sin pretensiones y con todas las de ganar.

     
El amuse bouche para empezar : un puré de arvejas y prosciutto crocante y el petit verdot de Calamaco.

Para empezar compartimos una burrata con rúcula y tomates y luego cada una fue por su plato.




Si estas son las medias porciones,  lo que serán las enteras...

Risotto de berenjena ahumada y panceta. 


Risotto negro con chipirones.



Risotto de hongos.


Panzotti de hongos con manteca de cordero.


Semifreddo de higos avellanas y miel.


El clásico vigilante.

   


La frutilla del postre? una sobremesa eterna, con una segunda botella de vino y ningún indicio de querer que dejemos la mesa. Chiuso sabe de sabores, calidad y hace todo lo posible para que volvamos. 
Emprendemos la retirada, solas y felices por una plaza que nos abraza y nos regala todas las postales de una Buenos Aires insomne, encantada e hipnótica. 



CHIUSO RISTORANTE
San Martín 1153, Retiro
Reservas:  4311-7652